Nació en La Solana (Ciudad Real) en una familia humilde, era el primogénito y tuvo otros tres hermanos. Recibió las primeras lecciones de música de Diego del Rey, organista de la iglesia de Santa Catalina, ubicada en su localidad natal. Su padre, carpintero, pretendía legar el oficio familiar a su primer hijo, hecho que promovió la decisión de Barrera de marchar a trabajar a Alicante, muy probablemente entre 1888 y 1890.
Barrera estudia violín y piano en la Escuela de Música y Declamación de Alicante donde destaca como alumno aventajado del músico Francisco Senante Llaudes, compositor de música sacra y de alguna zarzuela como La guerra y el hogar (1884). A pesar de que se desconoce la fecha de la oposición, la madre de Barrera le instó a presentarse a la plaza de organista de Manzanares, la cual consiguió, pero renunció a ella para establecerse definitivamente en Madrid a partir de 1897, tras haber finalizado sus estudios en Alicante en 1890.
A partir de 1897 la vida del músico estuvo a caballo entre Alicante y Madrid, donde aparece como maestro concertador y de coros en la compañía del Teatro Parish donde estrenará sus primeras obras en el año 1900: ¡A cuarto y a dos!, Tiempo revuelto, Cascarrabias y El fondo de baúl, todas ellas en colaboración con otros músicos. Se cree que durante su estancia en Alicante conocería al maestro Chapí, quien Barrera definiría como una figura indispensable: “[…] me enseñó a amar nuestro arte español como él lo sentía y yo procuro seguir sus huellas honrándome en llamarme su discípulo más modesto”. En 1901 estrenó una parodia de la obra de Chapí La cara de Dios y el juguete cómico titulada Los niños llorones junto con Quinito Valverde. También en esta primera etapa, Barrera estuvo implicado en el nacimiento de la Sociedad de Autores de España con dos obras: La señora capitana y El género ínfimo, que le llevaron a ser una de las figuras emergentes en el género chico.
Al año siguiente, en 1902, Barrera colabora con José Serrano en una obra de tipo regionalista de costumbres aragonesas titulada El olivar, estrenada en el Eslava con grandes efectos en los cuadros primero y tercero. También estrenó la obra más cercana al verismo La vara del alcalde, perteneciente al género chico, de un acto y enmarcada en un tema social, con tintes políticos y republicanos del pueblo, pretendía mostrar las maquinaciones electorales en un pueblo, mostradas en escenas mudas al son de la música. Este género chico más comprometido con la política social viene de la mano del libretista Atanasio Melantuche, con el que también colabora en el siguiente estreno, Ideicas. Su mayor éxito y obra más renombrada es sin duda la zarzuela Emigrantes, estrenada en 1905 y cuya romanza “Adiós Granada” ha sido interpretada por grandes intérpretes como Plácido Domingo.
Otras de sus obras se identifican con la zarzuela chica del XIX como El maño, estrenada en diciembre de 1906, en colaboración con Sinesio Delgado, con el que también colaboró en 1907 con el estreno de El carro de la muerte, zarzuela en un acto, y en 1911 con Las dos reinas, musicada por él y Rafael Calleja. En esta época Barrera es considerado uno de los compositores más relevantes del momento, cuyas obras habían triunfado en los teatros Apolo, Martín, Reina Victoria, Cómico, Eslava, Novedades, El Paraíso, Comedias e Ideal, pertenecientes algunos a Madrid y otros a Barcelona, aunque también estrenó sus obras en otras ciudades como Zaragoza, Santander o San Sebastián. Sus obras también tuvieron cierta repercusión fuera de España, como es el caso de Sueño de Pierrot representada en París, Bruselas y Ginebra.
Otra faceta importante es la actividad de Barrera relacionada con la creación de la Sociedad de General Autores de España (SGAE), impulsada entre otros por Ruperto Chapí y en la que Barrera colaboró activamente. Por consejo de Chapí, Barrera y Quislant fueron los que dieron su nombre para editar las mismas partituras que editaba y controlaba Fiscowich a nombre de la Sociedad, propiciando que las obras tuviesen dos autores, permitiendo que cada uno las editara en un lugar. Esta estratagema propició que la Sociedad lo hiciera más rápidamente y controlara el mercado de provincias. Gracias a esta lucha se consiguió la liberación del compositor de las casas editoriales. Por estos méritos Barrera fue miembro de una de las primeras juntas de la Sociedad y del nuevo Consejo de Administración formado el 19 de febrero de 1932, cuando la Sociedad pasó a denominarse SGAE, como en la actualidad, siendo Barrera su director por un breve periodo.
Por último, Tomás Barrera se casó en dos ocasiones, en 1926 con una joven zaragozana llamada Elvira que falleció sin dejar descendencia y con Cecilia Chico, con quien tuvo tres hijos, Margarita (que nacería fuera del matrimonio con su segunda esposa), Gregorio y Tomás.
Barrera falleció en 1938, dedicó sus últimos años de vida a componer sus dos últimas zarzuelas Las ametralladoras (1937) y ¡Gitana de mi alma! (1938), en un intento de volver a popularizar la zarzuela, género que había experimentado un declive con el paso del tiempo.
Tomás Barrera también destaca por el amor a su tierra, para la cual escribió el Canto a La Mancha, que pretendió que fuera usado como himno. El escritor Gabriel García Maroto expresa así el amor del compositor por su tierra:
“os hablará de La Mancha con entusiasmo, poniendo en sus ojos toda una vida de lucha ruda y cruel contra los explotadores del Arte […] Si queréis hacer que en su voz vibre el entusiasmo, y que sus ojos pícaros se animen, no le habléis de sus éxitos, de sus estrenos, de su nombre bañado en gloria; habladle de su pueblo, de La Solana, de este pueblecico humilde y honrado donde naciera y vivió su primera juventud […]”.
- El Canto a La Mancha, de Tomás Barrera, Se incluyó en un disco de 25 cm., etiqueta marrón con el tema de CANCIONES (Radio Sport, Madrid, nº 81, 31-12-1930):
- Marcos Redondo. Orquesta: Dirección, maestro A. Capdevila. 184.187: a) Espera (Tabuyo y Moya Rico); b) Canto a la Mancha (Tomás Barrera).
- Los Cadetes de la Reina (P. Luna y J. Moyron). Orquesta: Dirección, maestro A. Capdevila. 184.185: a) Septimino «Es el pecado más horrible», b) Marcha de los cadetes (M. Redondo y coro).
Bibliografía:
- Casares Rodicio, Emilio, “Tomás Barrera Saavedra”, en Casares Rodicio, Emilio (coord.): Diccionario de la Zarzuela. España e Hispanoamérica I, Madrid: ICCMU, 2003, pp. 229-231.
- Peidró Padilla, Octavio J., El compositor castellano-manchego Tomás Barrera Saavedra, tesis doctoral dirigida por José Luis de la Fuente Charfolé, Ciudad Real: Universidad de Castilla-La Mancha, 2015.
- Peidró Padilla, Octavio J., “El compositor castellano-manchego Tomás Barrera Saavedra: 75 aniversario de una música callada”, en Capdepón Verdú, Paulino y Pastor Comín, Juan José (coord.): El patrimonio musical de Castilla-La Mancha: nuevas perspectivas, Madrid: Editorial Alpuerto, 2015, pp. 197-230.
- Peidró Padilla, Octavio J., Tomás Barrera: La zarzuela de la desmemoria, Madrid: Editorial Alpuerto, 2016.