Era hijo de Tomás Gómez de Nicolás Granados (1860-1907), un reputado médico de la Beneficencia Municipal de Toledo, de sociedades obreras y otras entidades locales con una larga actividad en las filas republicanas coincidiendo como concejal (1900 y 1906) con Besteiro y Luis de Hoyos. Colaboró en cabeceras periodísticas toledanas y madrileñas. El segundo de sus hijos, también llamado Tomás, siguió los pasos paternos con el mismo ideario político. En 1923 se casó en Madrid con Dolores de Armijo y Fernández de Alarcón (1901-1991). Trabajó en el Colegio Oficial de Médicos de Toledo en funciones administrativas hasta 1936.
Desde joven participó en diversas iniciativas como en un prometedor, pero fallido, Ateneo alentado por Julián Díaz Ufano en 1915, en la creación del Centro de Turismo y en la apertura de una institución llamada la Casa del Maestro (1928). Conoció la época dorada de la prensa toledana pues, en 1914, llegaron a circular doce cabeceras lo que justificó la creación de la Asociación de la Prensa de Toledo, de la que fue miembro de la directiva, bajo la presidencia de Constantino Garcés y Vera, director de La Campana Goda.
Como escritor, en 1916, ganó un concurso de cuentos promovido por la revista Toledo. Revista de Arte(dirigida por Santiago Camarasa) con la obra “Evocaciones y nostalgias”. En 1924 solicitó junto a Cossío, Zuloaga, Azorín, Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala, Urabayen y otros personajes más que se dedicase la calle del Barco a Mauricio Barrés, reconocido estudioso del Greco. En 1927, fruto de sus amistades con inquietudes literarias, Francisco Machado, subdirector de la Prisión de Toledo, le dedicó en la revista El Practicante Toledano el poema “La Vida y la Muerte”.
De su producción periodística destacan los artículos como corresponsal del diario madrileño El Imparcial, publicados entre 1922 y 1924 bajo cambiantes antetítulos: Cartas toledanas, Carta desde Toledo o Crónicas toledanas. Pero también publicó reflexiones generales sobre aranceles, las tasas, el caciquismo, las exportaciones artísticas al extranjero o el maltrato hacia los animales.
En los textos más localistas no incidió en la enfática glosa de las claves históricas de Toledo, su tesoro artístico o el tipismo de las calles. Con ironía advertía sobre la “erupción del toledanismo” paladín de las “esencias intangibles” de la ciudad. Gómez de Nicolás expuso la necesidad de hallar alguien de relieve, como Ganivet en Granada, capaz de catalizar el sentido profundo de Toledo. Manifestó que la tranquila intelectualidad local debería abrir el foco del ensimismamiento en su propio molde y tener ambiciosos proyectos. Denunció que Toledo parecía tener la obligación de mostrarse intacto para agradar al visitante que regresaba a Madrid por la tarde. Criticó la falta de nervio para albergar, por ejemplo, estudios universitarios frente al afán demostrado por otras ciudades.
En 1931, Gómez de Nicolás García-Brazales se adscribió a la Agrupación al Servicio de la República, creada 1931 por Ortega y Gasset, Marañón y Pérez de Ayala que, en Toledo, presidió el doctor Isabelo Perezagua con otros colegas, abogados e industriales. Las últimas noticias publicadas halladas de Gómez de Nicolás afloran en el Boletín Oficial de la Provincia de Toledo. En 1940 aparece como “Oficial de la Secretaría que fue del Colegio Oficial de Médicos”, instándole a comparecer ante un juez militar “para constituirse en prisión” o declararle “rebelde” en caso de no hacerlo. En 1943 figura en un listado de personas con expedientes de responsabilidad política, siendo sobreseído su caso meses después. Desconocemos su trayectoria posterior. Falleció en Madrid, el 19 de noviembre de 1982.
Bibliografía
- CERRO MALAGÓN, Rafael del: “El periodista Tomás Gómez de Nicolás (1891-1982)”,
- ABC [Toledo/Castilla-La Mancha] (20-03-2022) p. 64