Valentín Acevedo Calleja, también escrito Acebedo en algunos documentos, aunque hemos optado por la grafía más común y la que utilizó en su vida adulta, nació en Uceda, un pequeño pueblo de la comarca de La Campiña en la provincia de Guadalajara, el día 14 de febrero de 1849. Era hijo de Felipe Acevedo Acevedo, muerto en 1882, y de Petra Calleja Acevedo, que había fallecido un año antes que su marido. El matrimonio tuvo otros cinco hijos: María de la Paz, Constanza, Dorotea, Jerónima y Eugenio, que durante muchos años fue Inspector veterinario en su Uceda natal (La Semana Veterinaria, 6.10.1935). Valentín Acevedo falleció en Oviedo el 8 de junio de 1931 pero sus restos fueron enterrados en el cementerio de León (La Voz de Asturias, 9 y 10.6.1931 y Región, 10.6.1931).
Valentín contrajo matrimonio con Olimpia Agostí, que había nacido en 1847 y que falleció el 8 de noviembre de 1893; heredera de una familia de tradición liberal y originaria del Piamonte italiano que se asentó en España durante la invasión napoleónica (Algunos datos íntimos del personaje en la conferencia de su bisnieto Antonio Masip). La pareja tuvo cinco hijos: Emma Acevedo Agostí, que nació en 1878 y murió en 1967, Olimpia, nacida en 1880 y fallecida en 1970, casada con el militar Esteban Matanzo (La Voz de Asturias, 18.10.1924); Esther, que vino al mundo en 1882 y murió en 1951, casada con Juan Barthe; Valentín, que nació en 1884 y falleció en León el 15 de agosto de 1925 (doctor en Derecho y autor del libro Anarquismo y Derecho Penal, impreso en el taller tipográfico de Flórez, Gusano y compañía de Oviedo en 1911. La Voz de Asturias, 12.8.1926), y Pilar, que vio la luz en 1887, casada con José Álvarez-Buylla Godino (https://www.antoniomasip.net/2018/01/, 20.2.2024). Se cuenta que durante su estancia en la capital leonesa se decía: “Tres cosas hay en León que no hay en el mundo entero / La Catedral, San Isidoro y las hijas de Acevedo”.
Trasladado a Madrid desde su Uceda natal, Valentín Acevedo Calleja cursó en el Instituto de Noviciado todas las asignaturas exigidas para alcanzar el título de Bachiller en Artes desde septiembre de 1861 hasta junio de 1866. Fue entonces, cuando se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central madrileña, y ganó el título de Bachiller en 1869 y el de Licenciado en Ciencias Físicas en el año 1870 (Su expediente académico en AHN, Universidades, 5205, Expediente 27), mereciendo un premio por su aplicación en esta Facultad (La Correspondencia de España, 1.10.1867). Poco después, inició la carrera de Derecho en esta misma Universidad (AHN, Universidades, 3519, Expediente 12), aunque interrumpió sus estudios y sólo los completó en la Universidad de Oviedo, mereciendo en 1882 el título de Licenciado en Derecho y consiguiendo también el doctorado en esta disciplina.
Su labor docente
Preparó las oposiciones para profesor de Enseñanza Secundaria en aquel agitado período del Sexenio Revolucionario, y el 23 de agosto de 1876 ganó por oposición la cátedra de Física y Química en el Instituto de segunda enseñanza de Ponferrada (La Correspondencia de España, 21.7.1876), donde ocupó el cargo de vicedirector (Guía civil, militar y eclesiástica de la provincia de Asturias 1878-1879, Oviedo, Imprenta de Vallina y compañía, 1878), al mismo tiempo que Tomás Escriche Mieg obtenía la de Guadalajara. El 18 de noviembre de 1880 obtuvo el traslado a la cátedra de la misma asignatura en la ciudad de Vitoria (El Correo, 11.1.1881), donde inició sus clases el 17 de enero de 1881, consiguiendo una permuta el día 4 de febrero de ese mismo año, impartiendo su última clase en el liceo vitoriano el 19 de marzo de 1881 (Memoria del Instituto de Vitoria del curso de 1882 a 1883, Vitoria, Imprenta de la Diputación Provincial de Álava, 1884), para incorporarse a idéntica plaza en el Instituto de la ciudad de León (Seguía siéndolo en 1894, ver Guía Oficial de España de 1894, página 633).
En este centro educativo de la capital leonesa permaneció unos veinte años; fue Secretario del centro en los cursos 1884-1885 y 1885-1886 y, más adelante, en 1890 (La Montaña, 23.7.1891), como se recoge en las Memorias del Instituto que él elaboró y que se publicaron por entonces. También formó parte, en función de su cargo en el Instituto, de la Comisión de Estadística de la provincia leonesa (Juan Sáez de Parayuelo y Galarza, Nuevo nomenclátor de la provincia de León, León, Imprenta de la Diputación Provincial, 1884).
En marzo de 1882 la Diputación Provincial le encargó que montase una estación meteorológica en la capital provincial, de la que fue responsable hasta el año 1892, cuando la Diputación decidió dejar de remunerar esa responsabilidad. Entre los años 1883 y 1886 publicó Valentín Acevedo unos interesantes libritos con todas las anotaciones de los datos climáticos de la estación (Valentín Acevedo Calleja, Estación Meteorológica de León. Resumen de las observaciones hechas durante los años de 1883, 1884, 1885 y 1886. León. Imp. Provincial); después, esos datos se incluían como un anexo en las Memorias que se publicaban del instituto leonés (Archivo General de la Administración, 17.32/07946), de las que fue varias veces autor como Secretario de dicho centro educativo (El magisterio español, 5.4.1890 y La Montaña, 23.7.1891).
Por razones que nos son desconocidas, a partir de 1898 mostró su más firme deseo de abandonar la provincia de León y trasladarse a un Instituto de otra localidad, aún cambiando de asignatura. Así, en julio de ese año concursó para una Cátedra de Física y Química del Instituto de Zaragoza, que no obtuvo (Gaceta de Instrucción Pública, 7.7.1898) y en diciembre del mismo año lo hizo para la de Historia Natural del centro de segunda enseñanza de Guadalajara, en concurrencia con Salvador Prado, José Albiñana o Mariano Aguas Monreal, que tampoco le fue adjudicada (Gaceta de Instrucción Pública, 30.12.1898 y Flores y Abejas, 8.1.1899). Y aún concursó para la cátedra de Valladolid para el curso 1903-1904 (Noticiero Salmantino, 22.1.1903.).
Finalmente, se le concedió para el curso de 1902-1903 el traslado al Instituto de Bachillerato de Oviedo, ocupando en ese centro educativo la Cátedra de Matemáticas (El Correo, 7.8.1902 y La Correspondencia de España, 8.8.1902); en los últimos años compartía la docencia de esta asignatura con el profesor Rogelio Masip Pueyo (Antonio Masip Hidalgo, Con vistas al Naranco. Oviedo, Septem Littera, 2011), que fue su yerno por contraer matrimonio con su hija Emma, y en cuyo domicilio familiar del número 23 de la calle de Uría pasó los últimos años de su vida. En este Instituto ovetense de segunda enseñanza impartió clases el resto de su carrera profesional; siendo nombrado en 1911 subdirector de este centro educativo y permaneciendo en ese cargo hasta su jubilación en 1919 (La Correspondencia de España, 11.3.1911), pasando a ser Rogelio Masip Pueyo el director y siendo él nombrado director honorario (La Voz de Asturias, 26.3.1930).
Fue un hombre culto, asiduo y activo asistente a la tertulia vespertina en el Casino ovetense (La Voz de Asturias, 8.6.1932), y amante de los libros, participando en 1905 en la Exposición Asturiana de ediciones de El Quijote con un ejemplar de su tercera edición, salido de la prestigiosa imprenta de Joaquín Ibarra por encargo de la Real Academia de la Lengua (Catálogo de la Exposición Asturiana de ediciones de El Quijote, organizada por la Comisión provincial de Monumentos Históricos y Artísticos y celebrada en Oviedo del 7 al 9 de mayo de 1905). Era de ideas avanzadas y muy influido por el ambiente krausista, sobre todo durante sus años en Asturias donde esta corriente de pensamiento estaba muy arraigada, y de convicción republicana, recordando su familia que la última vez que salió de casa fue el 12 de abril de 1931 para depositar su voto en las elecciones municipales que trajeron la Segunda República. No es de extrañar que desde la capital ovetense firmase un manifiesto de apoyo a Julián Besteiro, catedrático de Lógica de la Universidad Central, encarcelado en el penal de Cartagena por formar parte del Comité de Huelga de la UGT en el paro general de 1917. Es digno de reseñar que tanto su nieto, Valentín Masip Acevedo, como su bisnieto, Antonio Masip, fueron alcaldes de la capital asturiana.
Durante su etapa como catedrático de Bachillerato, tanto en León como en Oviedo, fue requerido en repetidas ocasiones para formar parte, como vocal o como presidente, de los tribunales de oposición para maestros y catedráticos de Bachillerato (Por ejemplo, La Libertad, 19.4.1891, Gaceta de Instrucción Pública, 30.10.1901, La Educación, 30.10.1905 o La Vanguardia, 3.8.1908). En los últimos años su salud se resintió y solicitó licencia para ausentarse del aula y recuperarse, permiso que le fue concedido. Finalmente, se jubiló por haber cumplido la edad reglamentaria el 28 de marzo de 1919 (Gaceta de Madrid, 29.3.1919, ABC, 30.3.1919 y El Imparcial, 30.3.1919.), cuando ocupaba el sexto puesto en el escalafón general de profesores de Instituto de España (Revista General de Enseñanza y Bellas Artes, 1.3.1919).