creus-y-manso
Juan Creus y Manso
Guadalajara .
1828 -
Granada.
1897.
Médico, Cirujano, Catedrático de Patología Quirúrgica y Senador .

Cirujano y profesor de Medicina, uno de los pioneros de la Cirugía española del XIX. Durante los años de su infancia, vi­vió en Guadalajara, en la casa del ciprés que llamaban, en la calle Budierca donde nació, calle en la que, desde el siglo XVI, vivieron artesanos, militares, e hidalgos. Aunque pronto salió de Guadalajara, a ella volvió en algunas ocasiones, bien en periodos de descanso, bien a trabajar, como cuando vino a operar a una monja del monasterio de San Bernardo, o a visitar a su hija Dolores, casada con el profesor de la Academia de Ingenieros, don Antonio Malo, o, incluso, a refugiarse de la violencia cantonal granadina, en julio de 1873.

Fue desde joven un gran estudiante, un incansable gustador de todo saber y toda novedad científica. Sus primeros estudios, de Metafísica, Lógica y Filosofía, los hizo en el Seminario de Sigüenza, a donde acudió con la idea de hacerse sa­cerdote. Pero en un momento determinado de su juventud convalidó esos estudios por los de Humanidades que expedía la entonces funcionante Universidad de Toledo. En 1846 obtuvo el grado de bachiller, y después de seguir regularmente, y con éxito, los estudios en la Facultad de San Carlos, de Madrid, le fue concedido el título de Licenciado en Medicina y Cirugía en 1851. De aquella su primera y bien aprovechada juventud proceden sus estudios de Comercio y varios idiomas.

Muy pronto cosechó Creus sus primeros éxitos académicos, pues en el mismo 1852 obtuvo el grado de doctor, y en 1854, a los 26 de su edad, ganaba por oposición la Cátedra de Patología Quirúrgica en la Universidad de Granada, al tiempo que era nombrado académico correspondiente de la Real de Medicina de Madrid. En ella entró con un valioso trabajo titulado “Importancia de la estadística en Medicina”, de gran valor para su época. Otros trabajos científicos le hicieron acreedor a su ingreso en diversas sociedades, entre ellas la Academia de Medicina y Cirugía de Granada, y desde muy pronto recibió el reconocimiento a sus dotes de laboriosidad y entrega a su trabajo en la forma de diversas conde­coraciones: fue quizás la más importante de sus acciones la de dirigir, con una de­dicación personal completa, la campaña médica contra la terrible epidemia de cólera que en aquellos años azotó a la ciudad de Granada, dando asistencia ge­nerosa a cuantos, sobre todo en el barrio de la Magdalena, la necesitaban.

Desde Granada comenzó Creus su tarea de escritor médico, publicando en 1861 la primera edición de su “Tratado de Anatomía Médicoquirúrgica”, que fue declarado de texto en las Facultades de Medicina españolas, y alcanzó segunda edición en 1872. Muchas otras publicaciones, en libros, folletos y revistas, fueron dando la dimensión enorme del conocimiento científico de Creus, al tiempo que su habilidad y decisión quirúrgicas le convertían en una de las figuras más prestigiosas y solicitadas del reino. El año 1877, y por concurso de méritos, accedió a la Cátedra de Patología Quirúrgica en la Universidad de Madrid, siendo sus contrincantes en aquella ocasión figuras tan relevantes como don Juan Magaz, catedrático en Barcelona; don Victoriano Diez y Martín, catedrático en Valladolid, y don Manuel Pérez Terán, catedrático de Anatomía Descriptiva en Valladolid.

En Madrid, don Juan Creus fue donde dio lo mejor de sí, no sólo en su saber, sino en el verdadero arte quirúrgico, en el que fue durante muchos años el más afamado de toda España y maestro de otras grandes figuras Fue nombrado Rector de la Universidad madrileña en 1884. Jubilado, por motivos de salud, en 1890, se retiró a Granada, y allí murió, como hemos visto, en 1897.

La figura de don Juan Creus y Manso es una de las más señaladas de la Cirugía española en el siglo XIX. Primero en muchos campos de la actuación operatoria, tuvo como principal misión no sólo la de la enseñanza, sino la de verdadero creador de técnicas y, en ocasiones, introductor de las novedades que iban surgiendo en la cirugía mundial del momento, estando permanentemente preocupado en mejorar, aunque fuera con detalles simples, el modo de operar. Es la época heroica de la cirugía española, cuando toda la anestesia con que se cuenta es el cloroformo, el éter y el protóxido de nitrógeno, todavía mal conocidos, y con una maniobra­bilidad escasa y grandes peligros. Es el momento, también, en que las ideas de Lister se van imponiendo lenta y dificultosamente. En esos momentos, hombres como Federico Rubio y Galí, Alejandro San Martín y Satrústegui, José Ribera y Sans, Salvador Cardenal y el mismo Juan Creus se encargan de atacar con su pericia todos los campos del quehacer quirúrgico, confiriendo a la cirugía española el alto significado y valor que ha tenido y aún tiene en el conjunto universal de este arte.

La tarea que cumplió, en ese contexto, don Juan Creus y Manso, es amplísima y en este Diccionario sólo podemos abordarla de un modo superficial. Durante treinta y seis años se encargó de formar no sólo a todos los médicos que salieron de las aulas de San Carlos en parcela quirúrgica, sino a cuantos decidieron seguir el camino de la terapéutica del bisturí, llegando a consolidar la existencia de una escuela en este quehacer, en el que sobresalieron como sus alumnos predilectos y continuadores los doctores García Solá, Isla, Bravo, Guedea, Morales, Olóriz y Ribera. Este último, en uno de sus múltiples escritos, glosaba la calidad humana y docente de Creus: hombre de gran humildad y perseverancia; de pocas palabras, pero con la virtud esencial del maestro, que es la de saber infundir en sus discípulos el entusiasmo por la materia que enseña.

La obra del doctor Creus está repartida en la reliquia de sus escritos y en lo que supuso su valor, su maestría y su técnica en ir abriendo nuevos caminos en el quehacer quirúrgico. Dar un repaso, aunque fuera breve, a todos y cada uno de los temas que trató, tanto en su aspecto teórico como en el meramente quirúrgico, ocuparía un espacio excesivo, remitiendo al lector a la bibliografía crítica más amplia sobre este científico. Pero sí merece recordar algunas de sus obras fundamentales y lo esencial de su actividad quirúrgica y científica.

Aparte de su Tratado elemental de Anatomía Medicoquirúrgica que alcanzó dos ediciones, y de la gran Enciclopedia internacional de Cirugía, que dirigida por el Dr. Ashurst, Creus se encargó de traducir, prologar y redactar sus más amplios capítulos, el resto de sus publicaciones viene a dar visiones parciales de algunos temas, describiendo enfermedades y las soluciones quirúrgicas que él había apor­tado en cada caso. Al tenor de la época, Creus trabajó temas que hoy caen en muy diversas especialidades.

Uno de los campos preferidos del doctor Creus, y que hoy constituye especialidad aparte, y bien definida, por lo que se le puede considerar como uno de los precursores y primeros cultivadores en España de ella, fue la Rinofaringología y Patología CervicoFacial.

Durante el siglo XIX la Otorrinolaringología ganó autonomía científica, técnica y profesional. Incluso, a pesar de la habitual asociación, todavía vigente, de la otología, la laringología y la rinología, las tres ramas de la especialidad otorri­nolaringológica, cuentan desde entonces con cultivadores superespecializados, habiéndose introducido más reciente­mente en su campo los aspectos de cirugía cérvicofacial y endoscopia, que también Creus llegó a tratar, con mayor o menor amplitud.

Aparte de los esfuerzos que se hacen, a lo largo del siglo XIX, para enviar la luz hacia el interior de las cavidades naturales del organismo, tarea a la que contribuyen Bozzini, Babington, Hoffmann y el cantante español García, en 1821, un libro de Itard sobre las enfermedades del oído y de la audición inaugura, podríamos decir, la especialidad otológica. La otoscopia tuvo en Politzer su gran tratadista, y la audiología va siendo elaborada gracias a sabios como Weber, Rinne y Barany, siendo Bezold quien revitalizó la cirugía mastoidea, y Meniére y Voltolini los que, también en el siglo XIX, comenzaron a abrir camino en el todavía no completo examen del oído interno.

A mediados del siglo es Czermak, con su rinoscopio, quien abre paso a la rinología. Se abordarán en seguido, mediante tratamiento quirúrgico, algu­nos de los más difíciles aspectos de la especialidad: la cirugía de los pólipos nasales tiene entre sus iniciadores a González Encinas, Jarvis, Bosworth y al mismo Creus; la corrección de las des­viaciones del tabique nasal es tomada a su cargo por Krieg, Feer, Killian y Botey, e incluso ya entonces la cirugía de los senos craneofaciales es abordada con soltura por Woadkes, Grünewald, Silcock y Killian.

El acceso a la patología laríngea, más complicado, se facilita grandemente gracias a la invención del laringoscopio, en 1854, por el español Manuel García. Son Czermak y Türck quienes primero inician el acceso quirúrgico, por vías naturales, de la laringe, y Kirstein, Killian y Kackson quienes perfeccionan técnicas y adelantan en consecuciones. En el último cuarto del siglo, el vienés Billroth inicia el camino de la laringuectomía, perfeccionando posteriormente la técnica los cirujanos Glück y GarcíaTapia.

Juan Creus aborda el conocimiento de estas materias en su Tratado elemental de Anatomía Médicoquirúrgica, en cuya primera edición, de 1861, va exponiendo sistemáticamente los puntos de conocimiento morfológico y funcional de cada una de las estructuras de esta especialidad. Para la mejor calificación de Creus en esta parcela de la Cirugía, en la que destacó tan señaladamente en su momento, a continuación hacemos un repaso completo de su actuación en la misma, siguiendo sus escritos en el refe­rido Tratado, en la Enciclopedia internacional de Cirugía, y en diversos artículos de revistas especializadas.

Sus descripciones del oído, en las tres partes clásicas en que se divide (externo, medio e interno) las hace Creus correctamente, siguiendo los últimos conoci­mientos anatomofisiológicos de la época. La pirámide nasal y las fosas nasales son también finamente tratadas, así como su patología. En este aspecto, y por la escasa profundidad de conocimientos que en la histopatología del tema se tenía en esa época, Creus dice que los pólipos fribrosos de las fosas nasales proceden de su mucosa, y los pólipos mucosos y sarco­matosos, del corion de la misma. Fruto de una fina observación es, sin embargo, la descripción del nervio olfatorio, al que da origen en la base del encéfalo, y atrave­sando por varios orificios la lámina cribosa del etmoides, se distribuye por la mucosa de la mitad superior de las fosas nasales, confiriéndole una fina sensibilidad olfativa.

En este campo de la rinología, un tema que le conquistó fama internacional a Creus fue la exéresis de los por él llamados pólipos nasofaríngeos, (actual­mente calificados como angiofibromas nasofaríngeos juveniles) a los que dedicó un largo artículo en el número 33 de la “Revista de Medicina y Cirugía prácticas” de 1877. La solución de Creus a estos graves problemas tumorales, tras los intentos fallidos de extracción por vías naturales, es valiente y novedoso: aborda el tumor por vía palatina y transmaxilar, aunque el grado de extensión de esta tumoración habitualmente alcanza a la base del cráneo.

En el campo de la patología máxilofa­cial, Creus fue también un avanzado en la práctica de su cirugía más complicada. Abordó con pericia y decisión los más di­fíciles casos que le enviaban a Granada, con resección completa del hueso maxilar superior por vía paralateronasal. También se ocupó de forma valiente y actualizada de las tumoraciones de cavidad oral, labios y lengua, dominada con una pericia de pionero. Merece reseñar, finalmente, su aportación casi pintoresca al tratamiento quirúrgico de la tartamudez, recomendando el corte de los músculos genioglosos y diversas aponeurosis de la lengua.

En su Tratado…, Creus señala las características anatómicas de faringe, amígdalas, laringe y tráquea. Fue un campeón de la traqueotomía, utilizando de preferencia la técnica de Virgili, abriendo el paso al aire en los dos primeros anillos traqueales, pero recomendando siempre la necesidad de la hemostasia concienzuda de la glándula tiroidea o su ligadura previa. En la “Gaceta Médica de Granada” de 1869, Creus publicó un artículo sistematizando su técnica de traqueotomía en el niño, en los entonces tan frecuentes casos de difteria y otros tipos de crup que hacían de esta maniobra quirúrgica el elemento crucial en la salvación de los pequeños pacientes. Hacía una incisión vertical en la línea media, separando músculos y ligando el istmo del tiroides incidiendo a continuación la tráquea. In­troducía entonces, cerrada, la pinza de tres ramas de Laborde, obteniendo la suficiente dilatación como para poder colocar la cánula doble de Trousseau.

Debemos concluir el repaso a la actividad del Dr. Creus con una visión esquemática del campo de los cuerpos extraños en las vías aerodigestivas, del que también se ocupó ampliamente, llegando a ser uno de los más expertos prácticos de Europa. La enorme casuística recogida personalmente le sirvió para escribir los capítulos correspondientes a esa te­mática en la Enciclopedia Internacional de Cirugía dirigida por el Dr. Ashurst.

Describe las sistemáticas y aparatos utilizados para extraer cuerpos extraños en oídos, en fosas nasales, en faringe y en esófago, describiendo algunos casos clínicos personales verdaderamente curiosos. Insiste Creus en que ante todo cuerpo extraño alojado en el esófago, hay que proceder inmediatamente a su retirada. Y ello sólo se conseguiría mediante la expulsión espontánea o por extracción con maniobras quirúrgicas. En estos casos, proponía empujar el cuerpo extraño hacia el estómago, donde, una vez llegado, podría seguir más fácilmente su camino para ser expulsado por vías naturales. Esto se conseguía haciendo deglutir al enfermo, o inyectando agua, líquidos, o aire por una sonda. También lo conseguía empujando una miga de pan deglutida, con una sonda, o incluso con una vela gruesa, previamente calentada, para ser más moldeable, y que era deglu­tida con relativa facilidad por el enfermo.

También empujaba con un puerro, con una ballena o varilla flexible, cuya punta protegía con algodón. Todo ello siempre lubrificado con glicerina o con mucílago de goma o malvavisco. Aun presentaba y dijo haber utilizado Creus diversos elementos mecánicos, ganchos, pinzas, etc., que introducía por boca para con ellos, a ciegas, extraer el cuerpo extraño al chocar con él.

Otro de los aspectos científicamente estudiados por Creus y Manso fue el de las heridas por asta de toro, que él me­ticulosamente clasificó, y trató en gran cantidad, llegando a escribir otro capítulo relativo a ese tema en la referida Enciclopedia Internacional de Cirugía, en la que ese aspecto por nadie en el mundo había sido estudiado con tanta meticulosidad.

No podemos olvidar los brillantes resultados de Creus y Manso en la cirugía urológica, de la que puede también decirse que fue un pionero en nuestro país. La intervención que le dio más fama fue la talla perineal que presentó en 1875, y que perseguía la apertura de la vejiga urinaria y de la uretra por una vía rápida y cómoda, extrayendo los cálculos almacenados en dicha vejiga y que resultaban muy difíciles o imposibles de expulsar o de extraer por vías naturales. En el aspecto urológico ofreció también una nueva técnica para la intervención de la fimosis que por su sencillez fue muy bien acogido.

Fuentes

  • El valor en el médico, UM, 16 enero 1853
  • Tratado elemental de Anatomía Médicoquirúrgica, Ediciones en 1861 y 1872
  • Ensayo teóricopráctico sobre resec­ciones subperiósticas, EM, números 298 y 342, años 1861862, Granada, 1862
  • Enciclopedia Internacional de Cirugía, dirigida por el Dr. Ashurst.

El Dr. Creus escribió los siguientes capítulos, además de la Introducción:

  • “Traumatismos en general”, tomo I, p. 235
  • “Tétanos”, Tomo I, p. 353
  • “Heridas de asta de toro”, Tomo I, p. 439
  • “Cuerpos extraños”, tomo I, p. 557
  • “Enfermedades quirúrgicas infeccio­sas en general”, Tomo I, p. 773
  • “Historia de la sífilis”, Tomo II, p. 467
  • “Fístulas en general”, Tomo II, p. 559

(La mayoría de ellos se editaron posteriormente, por Nicolás Moya, en Madrid, en forma de folletos independientes)

  • Apuntes para el estudio de una espe­cie de tumores de los huesos que pueden llamarse mielomas, Madrid, 1867
  • Estudio sobre las heridas de arma de fuego, Granada, 1870

Entre 1869 y 1870 publicó los si­guientes artículos en la “Gaceta Médica de Granada”:

  • Apósitos para fractura de los miembros y vendajes de cola
  • Crup y traqueotomía
  • Tratamiento del pterigion
  • Iridocoroiditis de origen traumático
  • Mieloma del maxilar superior
  • Herida por arma de fuego con des­trucción del suelo de la boca, del labio inferior y fractura de la mandíbula
  • Epitelioma de labio inferior
  • Tres mielomas de la mandíbula inferior
  • Estrecheces uretrales curadas con uretrotomía interna
  • Fibromieloma de los maxilares
  • Monstruo doble esterópago
  • Epitelioma de lengua124
  • Resección subperióstica total del peroné
  • Condroma del maxilar superior
  • Flemón difuso subperióstico y su tra­tamiento.

Otras publicaciones en Revistas

  • Un nuevo procedimiento de talla perineal, GSM, 23 (1875)
  • Pseudoartrosis del húmero. Resección con rotura de los fragmentos y curación. GSM, 30 (1876)
  • Bosquejo histórico, económico y mé­dico sobre la inhumación y cremación de los cadáveres. Madrid, 1878
  • Del termocauterio y sus usos, RMCP, 33 (1877)
  • Del uso del cornezuelo de centeno en Obstetricia, Madrid, 1878
  • Una página para la historia de los pó­lipos nasofaríngeos, RMCP (1878)
  • Constricción fibrosa de ambas man­díbulas, RMCP (1878)
  • Mieloma voluminoso de la mandíbula inferior, RMCP (1879)
  • Aneurisma de la axilar; ligadura, RMCP (1879)
  • De las superficies de las cavidades cerradas desde los puntos de vista ana­tómico, fisiológico, patológico y quirúrgi­co. Tesis de recepción en la Real Acade­mia de Medicina, 1883
  • Miomas uterinos. Laparoovariohiste­rectomía, RMCP (1883)
  • Quiste sanguíneo de la región poplítea. Sarcoma. Amputación, RMCP (1883)
  • Discurso acerca de la talla y la litotricia, en “Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía”, IX (1889): 7879
  • Numerosas comunicaciones en las se­siones de la Real Academia de Medicina de Madrid, entre los años 1879 y 1890.

(Abreviaturas): EM = “España Médica”. UM = “Unión Médica”. GSM = “Gaceta de Sanidad Militar”. RMCP = “Revista de Medicina y Ciru­gía Prácticas”

Bibliografía

  • Historias de clínica quirúrgica re­cogidas durante los cursos de 1877 a 1880 en la clínica del Dr. D. Juan Creus y Manso, Madrid, Imprenta de P. Abienzo, 1880
  • ALVAREZ SIERRA (Autoridades), XIV, 1:2.
  • ARQUIOLA LLOPIS, E.: La Cirugía en España, en LAIN ENTRALGO, P.: Historia Universal de la Medicina, Tomo VI, Barcelona, 1974 p. 286.
  • CASTILLO DE LUCAS, A.: Doctor Juan Creus y Manso, precursor de la Taurotraumatología, en Revista “Asclepio”, 21 (1969): 95-102.
  • ESCRIBANO GARCIA, Víctor: Notas y recuerdos de la época de Cajal en “Bo­letín de la Universidad de Granada”, XXIV (1912):2040. Contiene una “Semblanza biográfica de J. Creus (1828-1897)”.
  • FERNANDEZ ALMAGRO, M.: El Dr. Creus, en “Medicamenta”, VIII (1947): 17-18.
  • HERRERA CASADO, A.: Vida y obra del Dr. D: Juan Creus y Manso (1828-1897), en “Anales O.R.L. IberoAmericanos”, VII,2 (1980):109-132.
  • HERRERA CASADO, A.: Don Juan Creus y Manso, en Revista “WadAlHayara”, 5 (1978):309-313
  • HERRERA CASADO, A.: Vida y obra del Dr. D: Juan Creus y Manso (una página para la historia de la Otorrinolaringología española), Institución Provincial de Cultura “Marqués de Santillana”, Guadalajara, 1978.
  • HERRERA CASADO, A.: Nacimiento y desarrollo de la Otorrinolaringología en España (18751936), Edit. Universidad Complutense de Madrid, 1988, 594 págs.
  • MOWBRAY BARBERAN, J.: Estudio biográfico del Dr. D. Juan Creus y Manso, en “Trabajos de la Cátedra de His­toria crítica de la Medicina” (Madrid), 7 (1936):27-37.
  • PAREJA GARRIDO, J.: Recuerdos de un alumno de D. Juan Creus y Manso, en “Actualidad Médica” (Granada), 21 (1935):253-256.
  • RIBERA Y SANZ, J.: Dr. D. Juan Creus y Manso, en “El Siglo Médico”,44 (1897):412-416
  • RIBERA Y SANZ, J.: Estudios monográficos de cirugía española, Madrid, 1916.
  • TOMAS MONTSERRAT, J.: La obra médicoquirúrgica de Juan Creus y Manso, Edit. Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina, Valencia, 1967.
  • TOMAS MONTSERRAT, José: La obra urológica del Dr. Juan Creus y Manso, en “Actas del Segundo Congreso Español de Historia de la Medicina”, Salamanca, 1965, Vol. I, pp. 225-230.
  • VARIOS AUTORES: Libro en honor de D. Juan Creus, Granada, 1928.

 

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