Deseando que no se pierda la memoria de ese gran artista que fue Joaquín García Donaire he pensado recordarle a través de estas líneas.
Como tantos escultores del siglo XX, Joaquín García Donaire había nacido en una familia de artistas y ya desde niño mostró una vocación muy decidida para con la escultura; vocación por cierto animada por toda la familia, tanto que su tío, el escultor F. García Coronado, ya a los ocho años solía llevarle consigo a las clases de modelado que entonces impartía en la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real.
A los nueve años ganó su primer premio en un Concurso de Pintura Infantil, premio del que siempre fue orgulloso. Más tarde, ya adolescente, gracias a una beca de la Diputación de Ciudad Real, ingresaría en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y enseguida, al terminar sus estudios, iniciaría sus largos años de docencia en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla), actividad que luego concluiría en 1992 como Catedrático de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
Es de 1952 su primer viaje a París tras haber obtenido una Beca de Viaje y Estudio del Gobierno Francés. Pero lo más decisivo para él fueron los años de su residencia en Roma (1955 y 1959) tras haber ganado el prestigioso Premio Roma.
Fueron aquellos los años más felices de su vida pues, además del gran éxito de ganar, en 1957, la Medalla de Oro y Primera Medalla de Escultura en la Exposición Nacional de Bellas Artes (que era entonces la exposición más importante de España y sus premios los más ambicionados), fue también la época de nuestro noviazgo y de nuestra boda en 1958.
La vuelta a Madrid resultó francamente difícil. Pues, ya casados y habiendo nacido nuestro primer hijo, lo único que nos permitía subsistir eran los pocos encargos o los premios que conseguía ganar.
Afortunadamente, en 1970, las cosas empezaron a arreglarse al ganar la Cátedra de Escultura en el Escuela de Artes y Oficios de Madrid y unos años más tarde, en 1976, la de Escultura de la Facultad de B. A. de la Universidad Complutense de Madrid.
En 1964 había conseguido adquirir un estudio donde trabajar y el mismo año, juntamente con Venancio Blanco, J. Carrilero, C. Montaña, B. Mustieles y J. Valverde funda del grupo de los Seis Escultores que permanecería activo hasta 1985.
Por parte nuestra, de la familia, a partir de los años 70 las cosas fueron cambiando. Los fines de semana íbamos al campo dedicándonos a pintar directamente del paisaje. Dormíamos donde nos pillaba, en un Parador o en cualquier fonda de pueblo. Mas, en cuanto amanecía estábamos nuevamente al aire libre. Y en el campo también comíamos asándonos nuestras chuletas en aquel tiempo que aún no había aún restricciones.. Fueron unos años felices.
En 1984 obtuvo el doctorado en Bellas Artes y un año después, en 1985, es elegido miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Larguísimo sería indicar todos los premios obtenidos a lo largo de la vida artística de J. García Donaire así como los monumentos y obras suyas que están presentes en ciudades y organismos oficiales tanto en España como en el extranjero. Baste recordar el máximo reconocimiento que se le brindó al ser nombrado Miembro Numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1985.y el Premio Varón de Fornia que le concedió la R. Academia de B. A. de S. Fernando en 2003 en reconocimiento a la totalidad de su trayectoria artística
Su obra ha sido expuesta en: Albacete, Alejandría (Egipto), Amberes, Almería, Alicante, Barcelona, Bilbao, Bogotá, Bruselas, Caracas, Ciudad Real, Ciudad Trujillo, Córdoba, Cuenca, Granada, Guadalajara, Huelva, La Habana, La Haya, Jerez de la Frontera, Lisboa, Madrid, México D.F., Milán, New York, Oslo, Palencia, París Pontevedra, Roma, Salamanca, Santander, Sevilla, Toledo, Valdepeñas, Valencia, Venecia, Viareggio, Villaviciosa de Odón, Zamora y Zaragoza.